La música es maravillosa, cuenta historias magníficas, puede mover e inspirar a muchas personas, puede sacar lo mejor de ellas, puede conmoverlas, energizarlas, empoderarlas… pero igual que cualquier arte, merece ser cuidada y no siempre es apta para todos los públicos.
Los medios audiovisuales aseguran que actualmente el lenguaje y letras de las canciones son más explícitas que nunca y lo dicen como si nada, como si esto no tuviera repercusión psicológica alguna para los niñ@s y jóvenes actualmente y las nuevas generaciones, pero hay que ir más allá en lo que a lo que a la evolución psicológica de los menores se refiere pues se encuentran en una fase de su desarrollo cerebral clave y en un momento evolutivo esencial que conformará la que será su personalidad, estilos de afrontamiento, resolución de problemas, su forma de percibir la vida, etc. Soy consciente de que en materia de psicología hemos avanzado en muchas áreas en las últimas décadas, pero en lo que respecta a la protección de menores aún hay que dar más pasos, no tenemos que ser tan flexibles, la protección de los mism@s es responsabilidad de tod@s, incluidos los medios. Los contenidos que los menores escuchan y ven a diario en televisión, radio o plataformas informáticas, tendrían y estaría bien que se clasificaran, y a su vez, ser más categóricos en dichas clasificaciones.
Desde un punto de vista psicológico, los menores se encuentran en un momento de su desarrollo vital donde debido a su plasticidad, absorben todo, memorizan e integran con facilidad. Escucho a los menores tararear o cantar letras que no son propias de su etapa de vida, bailan de una forma no acorde a su edad, siguen coreografías destinadas para adult@s, simplemente no le corresponden.
Realicé una búsqueda en internet sobre emisoras infantiles, algunas encontré, pero en su mayoría no son realmente infantiles. Las canciones, de cualquier índole y con cualquier letra las podemos escuchar a cualquier hora del día, no existe clasificación por edades ni franja horaria en la que pueden ser escuchadas. A lo que me pregunto, igual que las películas están clasificadas por edades según los contenidos que se muestran en ellas, igual que el teatro distingue entre adultos y niñ@s, ¿por qué no se clasifica la música según edad tanto para las canciones como para los videoclips? o ¿por qué no existen más emisoras infantiles para poder elegir qué tipo de música escucharán los menores? Y voy más allá ¿Es realmente apropiado el contenido de la música para los infantes y jóvenes en la actualidad?
Hace 3 años me decidí a estudiar la música de forma exhaustiva, escuchando y analizando minuciosamente toda las letras y contenidos que cada día escucho y veo, tanto en la radio, tv o diferentes plataformas de internet y si os paráis a oírla de verdad, aseguro y corroboro que no todas son aptas para todas las edades, no todas son positivas a nivel psicológico para las etapas infantiles y juveniles. Si escucháis bien y detenidamente las letras de algunas de ellas, no son apropiadas para los menores, pues incitan a adicciones varias, al sexo, a las relaciones abiertas (según aseguran las fuentes basadas en encuestas del CIS “más del 40% de la población elegirían relaciones abiertas o poliamor”, según mi experiencia profesional, las personas quieren compromiso, amor y fidelidad y sufren cuando su “amor es compartido” con otras personas), a la infidelidad, hacia la prostitución, el odio o la venganza, el conflicto, etc, A su vez, esto ocurre con los videoclips, niñ@s que visionan escenas altamente eróticas y/o agresivas que obviamente no tendrían que visualizar. A colación de esto, ¿es que hay que cantar semidesnud@ para ser considerado en el mundo de la música, en especial, las mujeres? Desde mi punto de vista, muchas de ellas no parecen precisamente Pop-Stars…la música es arte y tiene que ser cuidada, los contenidos pueden ser más didácticos, más expresivos, más inspiradores, más positivos, más estéticos. A su vez entiendo que las canciones sean coreografiadas, pero se puede, desde el punto de vista psicológico, realizar de una forma más inteligente, elegante y sobre todo, proteger a los menores de los contenidos que no son apropiados a su edad.
Por ello, rogaría que supervisan letras, contenidos y considerar en qué franjas horarias pueden ser escuchadas o vistos los videoclips. Porque en relación a los menores, su educación, incluida la musical, es responsabilidad de tod@s.