Tener alta capacidad intelectual es un verdadero privilegio.
La sobredotación intelectual es un don y estaría bien que se viviera con gratitud y aprecio, pues no solo favorece el procesamiento cognitivo, sino también el emocional y relacional.
En mi trayectoria profesional, tengo la fortuna de tratar con “pequeños y grandes genios”, con varios factores en común:
Son imaginativos/as y altamente creativos.
Su verbalización es rica.
Ven las soluciones fàcilmente. Simplifican.
Perfeccionistas en diversas àreas. Gran capacidad de observación. Consiguen lo que se proponen. Altamente perseverantes. Encuentran siempre la solución.
Si es tu caso y posees sobredotación intelectual o crees que puedes tenerla, eres un privilegiado/a, así que empieza a sentirte orgulloso/a de quien eres y a apreciar tu gran capacidad.